La programación del coliseo madrileño para la temporada 23/24, que acaba de iniciarse con la ópera Medea, de Luigi Querubini, incluye obras nunca estrenadas en su escenario junto a grandes clásicos, como Rigoletto, Carmen y Madame Butterfly, vistos desde la óptica de una nueva dramaturgia
En la nueva temporada, la vigésimo séptima desde que el teatro volvió a abrir sus puertas, hay 9 producciones nuevas, 13 títulos nuevos en su catálogo lírico y dos estrenos de óperas españolas. Y el nexo de unión entre todas ellas es que se trata de obras que “nos atañen y nos interrogan”. Esa profundidad es lo que ha marcado la elección de la mayoría de los títulos y dos mitos, uno griego (Medea según la tragedia de Eurípides) y otro medieval (Orlando furioso según el poema de Ariosto), presiden temáticamente la temporada. Basadas en el de Medea se presentarán por primera vez en el Teatro Real las óperas homónimas de Luigi Cherubini y Marc-Antoine Charpentier. Por su parte, inspiradas en el poema de Ariosto, se estrenarán tres obras también inéditas en la historia del Real: La liberazione di Ruggiero dall’isola d’Alcina, de Francesca Caccini, primera ópera conocida firmada por una compositora; Orlando de Georg Friedrich Händel, y Orlando Paladino, de Joseph Haydn, en versión de concierto con Il Giardino Armonico bajo la dirección de Giovanni Antonini.
Otros dos vectores que entrelazan las óperas de la temporada son la reivindicación del arte y la libertad del artista más allá de los preceptos académicos. Así, Medea supone un alegato contra las formas rígidas del modelo ortodoxo de Händel en Orlando; Rigoletto está basado en un texto de Victor Hugo que es una apología del Romanticismo contra el viejo arte neoclásico; y Los maestros cantores de Núremberg, de Wagner, defiende la libertad del artista frente a las normas y las tradiciones. Por otra parte, dos de los títulos más populares de la temporada denuncian, a través de su dramaturgia, la violencia contra las mujeres: Rigoletto, en la concepción de Miguel del Arco, y Madama Butterfly, en una producción de Damiano Michieletto que pone el foco sobre el turismo sexual.
También inquietantes y hondas son las dos óperas que se estrenarán en España con producciones de gran calado: La pasajera, de Mieczysław Weinberg, una partitura estremecedora y dolorosa que cuenta el viaje hacia Brasil de dos mujeres “enfrentadas” por su pasado. La primera, antigua carcelera de la Stasi, y la segunda, una presidiaria judía capaz de derrotar a su antaño carcelera gracias a la inmensa fuerza que conlleva siempre la dignidad. Por su parte, Lear, de Aribert Reimann, cuya música trágica, brutal y estridente nace de la esencia del drama shakesperiano, donde los instintos más básicos se encuentran a flor de piel y dominan a los personajes hasta llevarlos a la gran masacre final.
Otro estreno en España será Halka, de Stanisław Moniuszko, una de las óperas polacas más populares y representante del nacionalismo romántico centroeuropeo, seguido de La voz humana, de Francis Poulenc y Ewartung (La espera), de Arnold Schönberg, sobre un texto de Marie Pappenheim. En el marco de su compromiso con la creación operística en España, se estrenará mundialmente La Regenta, tercera ópera de María Luisa Manchado Torres, creada mano a mano con Amelia Valcárcel (libreto), en la que los temas fundamentales y universales de la obra de Clarín se asocian a una variada gama de leitmotivs, que fluyen y se entrelazan al servicio del drama. La segunda ópera española es Tenorio, de Tomás Marco, que actualiza el mito de Don Juan a través de las figuras de doña Inés, doña Ana y Lucía.
Veremos asimismo Carmen, de Georges Bizet, en la singular lectura de René Jacobs, Luisa Fernanda,de Federico Moreno Torroba, protagonizada por Elīna Garanča, con la Orquesta de Sinfónica de Gran Canaria y otro título emblemático: El murciélago, de Johann Strauss. Sin olvidar dos grandes homenajes, a Maria Callas y Victoria de los Ángeles, de quienes se cumple el centenario de su nacimiento, a través de las obras que las inmortalizaron: Medea, a la primera, y Madama Butterfly, a la segunda. Arnold Schönberg será recordado, en el 150º aniversario de su nacimiento, con Pierrot Lunaire, en el Teatro de la Abadía, y La espera, en el Teatro Real. Y diez años después de su fallecimiento, a Gerard Mortier, el director artístico del Real que marcó un indudable punto de inflexión en su ascenso al gran nivel que exhibe ahora, estarán dedicadas las funciones de La pasajera.
Por lo que se refiere al capítulo de la danza, el Ballet del Gran Teatro de Ginebra debutará en el Teatro Real con dos coreografías de su director, el belga Sidi Larbi Cherkaoui: Faun (música de Claude Debussy y Nitin Sawhney) que retrata el encuentro carnal y el diálogo de dos criaturas míticas; y Ukiyo-E, con música de Szymon Brzóska y Alexandre Dai Castaing, que se desarrolla sobre un laberíntico escenario donde los bailarines sugieren imágenes de un mundo flotante. A su vez, el Ballet Nacional de España ofrecerá el estreno absoluto de Afanador, espectáculo creado a partir de las imágenes del fotógrafo colombiano Ruvén Afanador, con música de Cristóbal Saavedra y coreografía de Marcos Morau & La Veronal. Finalmente, la compañía de Múnich Bayerisches Staatballet será la encargada de subir a escena La bayadera, la famosa fábula orientalista que Marius Petipa transformó en una de sus más célebres creaciones y que Patrice Bart coreografió en 1998 para la compañía alemana, siendo desde entonces una de sus obras de referencia.
Alicia Huerta.
Nueva temporada del Teatro Real
La programación del coliseo madrileño para la temporada 23/24, que acaba de iniciarse con la ópera Medea, de Luigi Querubini, incluye obras nunca estrenadas en su escenario junto a grandes clásicos, como Rigoletto, Carmen y Madame Butterfly, vistos desde la óptica de una nueva dramaturgia
En la nueva temporada, la vigésimo séptima desde que el teatro volvió a abrir sus puertas, hay 9 producciones nuevas, 13 títulos nuevos en su catálogo lírico y dos estrenos de óperas españolas. Y el nexo de unión entre todas ellas es que se trata de obras que “nos atañen y nos interrogan”. Esa profundidad es lo que ha marcado la elección de la mayoría de los títulos y dos mitos, uno griego (Medea según la tragedia de Eurípides) y otro medieval (Orlando furioso según el poema de Ariosto), presiden temáticamente la temporada. Basadas en el de Medea se presentarán por primera vez en el Teatro Real las óperas homónimas de Luigi Cherubini y Marc-Antoine Charpentier. Por su parte, inspiradas en el poema de Ariosto, se estrenarán tres obras también inéditas en la historia del Real: La liberazione di Ruggiero dall’isola d’Alcina, de Francesca Caccini, primera ópera conocida firmada por una compositora; Orlando de Georg Friedrich Händel, y Orlando Paladino, de Joseph Haydn, en versión de concierto con Il Giardino Armonico bajo la dirección de Giovanni Antonini.
Otros dos vectores que entrelazan las óperas de la temporada son la reivindicación del arte y la libertad del artista más allá de los preceptos académicos. Así, Medea supone un alegato contra las formas rígidas del modelo ortodoxo de Händel en Orlando; Rigoletto está basado en un texto de Victor Hugo que es una apología del Romanticismo contra el viejo arte neoclásico; y Los maestros cantores de Núremberg, de Wagner, defiende la libertad del artista frente a las normas y las tradiciones. Por otra parte, dos de los títulos más populares de la temporada denuncian, a través de su dramaturgia, la violencia contra las mujeres: Rigoletto, en la concepción de Miguel del Arco, y Madama Butterfly, en una producción de Damiano Michieletto que pone el foco sobre el turismo sexual.
También inquietantes y hondas son las dos óperas que se estrenarán en España con producciones de gran calado: La pasajera, de Mieczysław Weinberg, una partitura estremecedora y dolorosa que cuenta el viaje hacia Brasil de dos mujeres “enfrentadas” por su pasado. La primera, antigua carcelera de la Stasi, y la segunda, una presidiaria judía capaz de derrotar a su antaño carcelera gracias a la inmensa fuerza que conlleva siempre la dignidad. Por su parte, Lear, de Aribert Reimann, cuya música trágica, brutal y estridente nace de la esencia del drama shakesperiano, donde los instintos más básicos se encuentran a flor de piel y dominan a los personajes hasta llevarlos a la gran masacre final.
Otro estreno en España será Halka, de Stanisław Moniuszko, una de las óperas polacas más populares y representante del nacionalismo romántico centroeuropeo, seguido de La voz humana, de Francis Poulenc y Ewartung (La espera), de Arnold Schönberg, sobre un texto de Marie Pappenheim. En el marco de su compromiso con la creación operística en España, se estrenará mundialmente La Regenta, tercera ópera de María Luisa Manchado Torres, creada mano a mano con Amelia Valcárcel (libreto), en la que los temas fundamentales y universales de la obra de Clarín se asocian a una variada gama de leitmotivs, que fluyen y se entrelazan al servicio del drama. La segunda ópera española es Tenorio, de Tomás Marco, que actualiza el mito de Don Juan a través de las figuras de doña Inés, doña Ana y Lucía.
Veremos asimismo Carmen, de Georges Bizet, en la singular lectura de René Jacobs, Luisa Fernanda,de Federico Moreno Torroba, protagonizada por Elīna Garanča, con la Orquesta de Sinfónica de Gran Canaria y otro título emblemático: El murciélago, de Johann Strauss. Sin olvidar dos grandes homenajes, a Maria Callas y Victoria de los Ángeles, de quienes se cumple el centenario de su nacimiento, a través de las obras que las inmortalizaron: Medea, a la primera, y Madama Butterfly, a la segunda. Arnold Schönberg será recordado, en el 150º aniversario de su nacimiento, con Pierrot Lunaire, en el Teatro de la Abadía, y La espera, en el Teatro Real. Y diez años después de su fallecimiento, a Gerard Mortier, el director artístico del Real que marcó un indudable punto de inflexión en su ascenso al gran nivel que exhibe ahora, estarán dedicadas las funciones de La pasajera.
Por lo que se refiere al capítulo de la danza, el Ballet del Gran Teatro de Ginebra debutará en el Teatro Real con dos coreografías de su director, el belga Sidi Larbi Cherkaoui: Faun (música de Claude Debussy y Nitin Sawhney) que retrata el encuentro carnal y el diálogo de dos criaturas míticas; y Ukiyo-E, con música de Szymon Brzóska y Alexandre Dai Castaing, que se desarrolla sobre un laberíntico escenario donde los bailarines sugieren imágenes de un mundo flotante. A su vez, el Ballet Nacional de España ofrecerá el estreno absoluto de Afanador, espectáculo creado a partir de las imágenes del fotógrafo colombiano Ruvén Afanador, con música de Cristóbal Saavedra y coreografía de Marcos Morau & La Veronal. Finalmente, la compañía de Múnich Bayerisches Staatballet será la encargada de subir a escena La bayadera, la famosa fábula orientalista que Marius Petipa transformó en una de sus más célebres creaciones y que Patrice Bart coreografió en 1998 para la compañía alemana, siendo desde entonces una de sus obras de referencia.
Alicia Huerta.